Rubia

​

Yo sé que les gusta mirar.

​

Aunque las casas están un poco lejos, puedo sentir en mi piel que algunas personas disfrutan viéndome tomar el sol desnuda en la terraza, y jugar suavemente con mi cuerpo.

​

Sé que algunos están allí con sus larga-vistas y telescopios, escondidos de sus esposas, tocándose, mientras me miran sintiendo mis partes que poco a poco se endurecen y se humedecen.

​

A mi me pone muy caliente el solo pensar que incluso algunas parejas se divierten a expensas de mi. Imaginar que soy la llama que los enciende y los provoca, para terminar teniendo sexo vulgar y cochino, delicioso, deseando que me uniera a ellos, delicada, virginal, tal como soy.

​

Mi piel es muy blanca, casi transparente. mis pezones y mi vulva son rosados como pétalos. Los labios de mi boca saben a cereza y el tibio sol solo hace que mi piel se enrojezca un poquito mas ante tanto deseo. Soy una niña que se hace mujer con el morbo de los mirones y los celos de sus mujeres, con el deseo de las mironas que quieren poseerme, o envidian mis atributos.

​

No importa, aquí estoy, soy de todos y de todas, soy tuya y de él, de ella. Disfrútenme, poséanme, desfloren mi vulva con sus lenguas, con sus penes enormes, froten sus vaginas con la mía, soy tuya desde acá, desde mi templo del deseo, desde mi terraza.

​

Shhh, tranquilos, jamás le diré a nadie.