Mi primera vez
Nos conocíamos de hacía algún tiempo, yo lo había visto crecer y convertirse en un hombre guapo y sexy, parecía una estrella de televisión.. Era vecino nuestro y charlábamos de vez en cuando, pero sólo como amigos, nunca había pasado nada entre nosotros.
Yo aún una chica inexperta, solo había besado a algunos chicos, y alguna vez a una amiga de la escuela, experimentando. Una que otra caricia que no pasaban de eso, pero nunca había tenido relaciones sexuales, quiero decir, nunca me habían penetrado. Aun era virgen.
Una tarde él fue a casa, mis padres aún estaban en el trabajo y mi hermana aún no llegaba de la universidad, se había quedado estudiando después de clases, por lo que yo estaba sola.
Me pidió pasar, y lo dejé entrar. Le dije que si quería tomar algo, pero me dijo que más bien quería decirme algo, por lo que nos sentamos en el sofá.
Me dijo, "Ve Linda, me he dado cuenta de como me miras, y te he visto asomada a tu ventana cuando paso por el frente de tu casa. También he escuchado rumores de tus amigas, sé que te gusto y quiero que sepas que tu también me gustas desde hace ya un tiempo". Luego me preguntó "¿Es cierto o no que yo te gusto?"
Mi rostro enrojecido de vergüenza y mi corazón latiendo a dos mil por hora, no me permitieron responder sino algunos segundos después. Respiré, tomé fuerzas y le dije, "Claro que si, estoy enamorada de ti".
Decir eso y acercarse más a mi y darme un beso fue lo mismo. Yo apenas vestía un overol gris strapless de algodón que, al no tener nada debajo, me mostraba toda, vulnerable, lista para ser de él.
Yo soy pequeña, de ascendencia italiana, blanca como la leche y de pechos grandes. Mis pezones rosados ya casi traspasaban la tela de lo duro y erectos que estaban.
Me tomó de los brazos y me sentó sobre sus piernas. Me besaba el cuello y los hombros mientras poco a poco bajaba el strapless desnudando mi pecho. Me recostó del sofá y tomó mis pechos con ambas manos para chuparme los pezones. Sentía como mi humedad iba mojando mi entrepierna. De pronto me encontraba totalmente desnuda, como nunca había estado en presencia de un hombre. Le dije susurrando, "es mi primera vez".
Con mucha delicadeza toco mi vulva, suave y virgen, como quien acaricia a un gatito recién nacido. Gentilmente con un dedo acarició mi clítoris haciendo lentos y suaves círculos, luego de arriba hacia abajo, presionando ligeramente y cada vez más rápido.
Lentamente bajó por mi vientre besándolo hasta llegar a mi vagina, donde separando mis labios rosados se dispuso a lamerme toda y a tomar de mi jugo que empapaba su cara. Después introdujo sus dedos. No pude resistirlo y sentí como una oleada de calor invadió mi cuerpo, me estremecí al punto de arquearme hacia atrás tomando yo misma mis pezones y pellizcándolos fuertemente.
Había tenido un orgasmo.
Luego me dijo, "quiero estar dentro de ti", Se arrodilló sobre el sofá, levantó mis piernas al aire e introdujo su miembro desflorándome como un caballero a su princesa en la noche de bodas.
Sentí como me penetraba hundiendo su pene suave y profundamente dentro de mi, metiéndolo y sacándolo completamente y repitiendo el movimiento una y otra vez, dejándolo dentro de mi por unos segundos cada vez que me penetraba, así cada vez más y más rápido hasta que vi en su rostro las ganas de acabar. Le dije, "hazlo, lléname de ti", y se vino dejándome llena de él.
Luego, tome su pene para chupárselo, lamérselo y limpiar nuestros jugos que sabían a gloria. Le bese la punta de su pene y mirándolo a los ojos le dije "Te amo".
Fotos:x-art.com
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