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Mi macho alfa

 

Estamos recién casados. Nos conocemos desde la adolescencia y él siempre fue mi debilidad. En la época del colegio ya teníamos sexo con frecuencia. El fue mi primer hombre, y siempre ha sido un macho alfa.

A mi me gusta hacer el amor por las mañanas, al despertarme siempre me siento con deseos de ser poseída y empiezo a tocarme y a gemir suavecito para despertarlo. A él le encanta.

No han pasado ni cinco minutos cuando ya su pene, que es enorme y me llena completamente por todas partes, se ha puesto grande y grueso. Tengo que admitirlo, desde el colegio veía ese bulto que se le hacía bajo el jean y no podía evitar sentir la necesidad de comérmelo todo.

Yo siempre comienzo chupándoselo y tratando de introducirlo todo en mi boca, pero es imposible, por más que lo intento no me cabe, siento que me rompe la boca... El también disfruta hacerme el sexo oral, pero a la segunda lamida ya no aguanto y lo necesito dentro de mi.

 

Mi vagina si se lo come todo, entero. Siento como su carne me frota por dentro y estremece cada rincón de mi interior.

Nos encanta cambiar de posición y el no puede evitar llenarme toda con su semen. Siempre se corre dentro de mi y a mi me fascina.

Luego dormimos un ratito más antes de desayunar...

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