Estoy felizmente casada con mi marido hace 17 años, tengo dos hermosos hijos, varón y hembra, y vivimos muy bien en uno de los mejores lugares de la ciudad.

Voy regularmente al automercado de siempre, me encanta porque es hermoso y va pura gente nice del vecindario, todos nos conocemos y nos vemos allí con frecuencia.

​Pero ayer, ayer vi a esta mujer desconocida, que es tan llamativa que no pude evitar mi cara de pendeja, y ella se dio cuenta. Tiene unos cuarenta y tantos pasaditos, pero una boca que se nota que le encanta mamarlo grande y grueso, una tetas mamarras, mas bien unas mamas lecheras de un tamaño envidiable. Y los mas impresionante es el bollo que se le marca entre esas caderas perfectas.

​Me vio y me picó el ojo. Yo me sonrojé.

Se me acercó. Le dije hola con tantos nervios que no me salia la voz.

​Me dijo hola, que gusto, y como si me conociera de siempre, me dio un beso en la mejilla. La gente nos miraba.

​Me dijo, recién me acabo de mudar y me dijeron que la gente de esta zona es muy nice, y no se equivocaron.

Me dijo, lo malo es que no tengo carro y vivo un poquito retirada, ¿sabes si hay taxis aquí? Le dije, tranquila, yo te llevo.

No se de donde me salió eso, pero me tenia hipnotizada, como una encantadora de serpientes que me embobó con su perfume a sexo.

​Llegamos a su casa y sin más, se quitó la ropa y me la quitó a mi, yo sentía fuego en el pecho.

​Me besó.

​Me fui a sus tetas y le lamí el pezón, me lo metí todo en la boca y se lo chupé haciéndola gemir.

​Me tumbó en su cama y me chupó el coño, lo lamió de arriba a abajo lentamente, haciendo presión para sentir en su boca como se me hinchaba el clítoris, llegando a rozarme el culo con la punta de su lengua. Y me hizo acabar dos veces, como nunca lo había sentido, soltando un chorro de no se qué agua que salió de mi coño, algo que nunca me había pasado.

​Luego me puso su abultada vulva sobre mi cara y me dijo, chúpame la cuca hasta que te tragues todos mis jugos.

​Yo solo pensaba, Dios, perdoname este pecado primerizo de mujer pendeja seducida por la experiencia...