Hora Del Postre
El problema que tenemos es que las hormonas no nos dejan comer tranquilas y todo nos excita. Solo vernos a los ojos mientras comemos enciende el deseo y nos invaden las ganas.
Ella está aprendiendo a hacer postres, pero el postre siempre termina siendo el dulce de merengue que tenemos entre las piernas.
Nada mas verla batir el merengue para el pastel y chuparse los dedos para saborearlo, nos lleva inevitablemente al sexo. No importa si es para el almuerzo o la cena.
Y, no le digan nada a ella, pero prefiero su dulce vagina a cualquier postre que haga, no es que le queden incomibles, pero los de la pastelería son un poquito mejores. Ahora si, nada más delicioso que el merengue dulce y cremoso que empapa su entrepiernas cuando me como toda su vulva y lamo de sus adentros sus jugosas venidas llenas de azúcar y miel.
Fotos: SexArt
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Fotos: SexArt