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En la bici


Comencé a entrenar en un gym, y la cosa como que comenzó a tener efectos sobre mi, pero no sobre mi cuerpo, sino sobre mi mente...

La cosa está en que me acuesto a dormir muy cansada, pero empiezo a soñar cosas raras que tienen que ver con el gimnasio, por ejemplo, anoche le hice el amor a la bici, sí, a la bici de hacer ejercicios.

Claro que es normal sentir cierto placer sobre el asiento de la bicicleta, de cualquier bicicleta, el roce es inevitable, y si le sumas estar viendo cuerpos hermosos todo el tiempo, es lógico que una se excite un poquito, pero de allí a querer penetrarse y hacer el amor al asiento, es como mucho. Pero no en mis sueños.

Era tanta las ganas de sexo que me vi casi desnuda, en un lugar oscuro y caluroso, sola con la bici, y casi que inocentemente me senté sobre ella en pantaletícas de algodón y una camiseta rota de la cual se salían mis tetas con tanto movimiento.

Ya las pantaletas algo mojadas me lastimaban un poquito así que decidí quitarme todo, y dejar que la humedad de mi vulva lubricara el asiento.

Así fue que me froté y me froté, me daba rico, tan rico que no pude evitar darle cada vez mas rápido, apretarme las tetas, morderme los labios y hacer presión fuerte contra el asiento para lograr el orgasmo.

Me desperté sobresaltada y empapada en sudor, con ganas de volver al gym en la mañana.

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