Con el profe en el salón
Debo confesar que siempre me ha gustado el sexo. Mis amigas dicen que soy muy puta, porque si veo algo que me gusta, no lo pienso.
A pesar de mi corta edad, he estado con muchos hombres, pero nunca había estado con un profesor, hasta que llegué a la universidad.
Él era un profe joven, guapo, soltero y sin compromiso, que me encantaba y al que le tenía el ojo puesto hacía rato. Así que me pensé una estrategia para hacerlo mío, le pedí que si me podía regalar unos minutos después de clases porque no entendía bien una parte que iría para el examen.
Ese día me fui vestida como una niña decente, inocente y muy estudiosa y aplicada, para no despertar sospechas, pero ya me lo imaginaba comiéndome por todas partes y yo comiéndole todo lo que tenía bajo ese traje de profesor recatado y muy correcto.
Una vez que todos habían dejado el salón, él mismo me dijo que nos quedáramos y cerro la puerta. No sé porqué, pero me dio la impresión de que él también me tenia ganas.
Así que me acerqué al escritorio y sin esperar le di un beso en la mejilla, y le susurré al oído que estaba empapada y lo deseaba todo dentro de mi. Él sin pensarlo demasiado, se desabrochó el pantalón y me lo metió en la boca. Se lo chupé hasta que se le puso bien duro.
Me desnude, y antes de imaginarlo lo tenía dentro de mi, penetrándome sobre el escritorio, allí me dio durísimo, yo sobre él en cuclillas con las piernas abiertísimas pero un poco incómoda. Él también estaba incómodo así que me sugirió follarme sobre el pupitre, y así lo hicimos. Allí nos cogimos rapidito, y un poco desesperados porsi nos descubrían. Pero se sentía riquísimo culiar en el salón con todo el morbo que ello implica.
Igual le pedí que me la lamiera y me la chupara, quería verlo haciéndome el sexo oral. Así que me la chupo delicioso, yo sentía como me bajaban los chorros de agua entre mis piernas. Lamio y lamió hasta que no pude más y me corrí. Luego me dijo, "Ahora te toca a ti terminar de chupármela y hacerme acabar". Le tomé el pene duro y empapado de mi jugo, se lo saboreé y lamí como a una chupeta dulce y jugosa. Me lo tragaba todo, profundo hasta la garganta, luego me lo llevaba hasta la punta del glande y se lo besaba un poco, así adentro y afuera de mi boca, primero lento y luego cada vez más y más rápido, hasta que soltó todo su semen sobre mi cara, empapando mis gafas de niña buena y estudiosa.
Es verdad, soy y seguiré siendo puta. Es que no puedo evitarlo. ...Por cierto, ¿Qué vas a hacer más tarde?
Fotos NaughtyAmerica
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Fotos NaughtyAmerica